Quien iba a pensarlo mi Capullito.
Quizá la vida estaba en deuda conmigo.
Quizá yo se lo debía a la vida.
Lo cierto es que te soñé en silencio durante largos 20 años.
Y vienes.
Y vienes. Y ahora entre que se me cae la sonrisa sola y entre que me da la desesperación de no saber cómo lo iré a hacer.
Y confío en que la naturaleza astuta me va a poner en el corazón la sabiduría suficiente y necesaria para hacer las cosas bien.
Eso espero.
Eso espero entre mi brutalidad y mi poca destreza, entre mi falta de entrenamiento y mis necedades adquiridas con el tiempo pues ya han pasado 18 años desde que tuve en mis brazos al último de mis bebés...un varón.
Y vendrán los tiempos de dejar atrás los soldados, las batallas de lucha libre en la alfombra, el Fuerte arriba del árbol para dar paso a las trenzas y las muñecas.
Y se me corta el aliento de emoción.
Pues no me queda otra (junto a Papá Oso que no cabe en sí de dichoso) y porque así lo ha querido la vida que comience a preparar tu nido entre vuelitos y cuadrillé para recibir en la próxima primavera la llegada de mi Capullita de algodón, nuestra primera princesa.
jueves, 15 de mayo de 2008
Una Capullita
Te lo escribió Mamá
Claudia Castora